Anamaris Solorzano Chacón, directora general de Comunicación Organizacional y Comunitaria del ICS, es una joven conocedora del funcionamiento de la comunicación en las organizaciones y en las comunidades cubanas; posee una visión abarcadora de estos ámbitos comunicacionales, y con ejemplos concretos arrojó luz en cuestiones medulares para comprender el Sistema de Comunicación Social de nuestro país, así como otros temas reflejados en la Ley de Comunicación Social, una normativa sin precedentes para Cuba.
El Instituto de Información y Comunicación Social (ICS), constituido en 2021, se encarga de conducir y controlar la gestión estratégica e integrada del Sistema de Comunicación Social en Cuba, en cumplimiento de la Ley de Comunicación Social aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular el 25 de mayo de 2023 y publicada el 5 de junio de este año en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, junto a sus reglamentos.
Este Sistema de Comunicación Social tiene lugar mediante tres ámbitos: organizacional, mediático y comunitario, cada uno con el mismo nivel de relevancia para el correcto desarrollo del sistema comunicacional cubano.
La comunicación organizacional se refiere al proceso de intercambio de información dentro de una empresa u organización. Es esencial para el buen funcionamiento de cualquier entidad, ya que permite la coordinación de actividades, la transmisión de valores y la creación de un ambiente de trabajo colaborativo.
En la comunicación social, tanto en los espacios públicos físicos como en los digitales, es fundamental tener en cuenta las necesidades, particularidades y expectativas de la comunidad, así como establecer un diálogo abierto y transparente. Es importante involucrar a los miembros de la comunidad en las decisiones que les afecten y mantener una comunicación constante para construir relaciones sólidas y de confianza.
Bajo estas premisas labora hace algún tiempo la Direcciónn General de Comunicación Organizacional y Comunitaria de nuestro instituto, con la guía de Anamaris Solorzano Chacón, comunicadora social con varios años de experiencia en cargos directivos relacionados con la comunicación en el país.
Anamaris asevera que la comunicación organizacional debe ser integral y estratégica, por lo que no puede concebirse una organización cubana sin manuales o planes ante situaciones de crisis. Además, todas deben poseer un manual de identidad visual de acuerdo con la estrategia de la Marca País.
La directora general de Comunicación Organizacional y Comunitaria enfatizó en la necesidad de que cada organización lleve a cabo la comunicación de acuerdo con su objeto social, y afirmó que la responsabilidad ante la sociedad debe reflejarse desde la instrucción a través de mensajes de bien público y campañas dirigidas a fortalecer la función educativa que siempre nos ha caracterizado.
La comunicación organizacional debe centrarse en las relaciones internas de una empresa u organización. Anamaris mencionaba lo vital que resulta la capacitación de los trabajadores de una institución en cuanto a temas de comunicación para propiciar también el intercambio con el público externo. “En muchas ocasiones trabajamos para el público externo y nos olvidamos de los nuestros”, comentó.
Con la comunicación comunitaria la nueva dirección se enfocará en las relaciones con esa comunidad externa, segmentando los públicos para que la comunicación llegue efectivamente a todos. Constituye un pilar para el funcionamiento de las organizaciones el conocimiento y relación directa con su entorno y la comunidad donde se encuentre enclavada.
Las organizaciones deben intencionar la comunicación para acompañar las estrategias de desarrollo local y actuar en consonancia con la comunidad circundante. El objetivo es influir positivamente en la colectividad, robustecer la autonomía municipal, y a través de la comunicación “afianzar valores, tradiciones, creencias, el patrimonio cultural y la historia de la localidad”.
Asimismo, es cardinal establecer canales de comunicación efectivos, tanto formales como informales, fomentar la transparencia, la retroalimentación y la escucha activa de los trabajadores; acciones en las que el uso de las tecnologías de la información y la comunicación puede ser de gran ayuda para facilitar la comunicación interna (intranet, correos institucionales, etc.).