A 71 AÑOS DE TOMAR NUESTRA HISTORIA POR ASALTO

Los sucesos del 26 de julio de 1953 cambiaron el destino de todo un país que en ese entonces vivía bajo el control imperialista. El asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes significó una derrota militar, sin embargo, resultó una victoria moral y una muestra de rebeldía nacional.

Justamente, cuando se cumplieron cien años del natalicio del Apóstol, José Martí, otro hombre excepcional, Fidel Castro Ruz, organizó un movimiento revolucionario que hizo realidad sus sueños para Cuba.

La Constitución de 1940, impulsada por los líderes sociales de la fallida Revolución de 1933, obligó a las clases poderosas a retomar el control de la Isla por la fuerza. El Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 fue el acto de cinismo que convenció a muchos cubanos, y a nuestro eterno Comandante en Jefe, de que era necesario ganar la soberanía con las armas, como lo hicieron Céspedes, Maceo y el propio Martí en su época.

Un grupo de jóvenes bautizados como la Generación del Centenario, con más coraje que preparación intentaron lo imposible. Fidel y sus heroicos compañeros se convirtieron en la chispa que prendió el fuego de la lucha desde el Cabo de San Antonio a la Punta de Maisí.

En el juicio a los sobrevivientes el líder indiscutible de la Revolución cubana convidó a aquel jurado acusador a que lo condenaran, pues la historia lo absolvería. Y así fue, porque las generaciones pasadas, presentes y seguramente, las futuras, lo encontrarán absuelto por la historia, libre de cualquier crimen y culpable de fundar una República “Con todos y para el bien de todos”.

En 2024, a más de siete décadas de esa epopeya, las circunstancias son diferentes, pero la meta es la misma, una Cuba soberana, libre e independiente del yugo económico, político o social.

Los cubanos no olvidamos el sacrificio, la sangre derramada, las vidas perdidas, y por el respeto a los caídos y a quienes lo entregaron todo por un futuro mejor, tenemos el compromiso de resistir y vencer.

Aunque la adversidad y las presiones externas nos intenten asfixiar, no nos detendremos en la misión de hacer lo mejor por Cuba, al igual que los combatientes del 26 de Julio. Un año más, los nacidos en este archipiélago tomaremos «la historia, nuestra historia por asalto”.