Crimen de Barbados: 48 años en la memoria de un pueblo

El 6 de octubre de 1976 quedará marcado en la historia como la fecha donde la cobardía y el cinismo de unos pocos hicieron volar un avión lleno de personas inocentes, una buena parte de ellos, el relevo de la esgrima en la Mayor de las Antillas.

Ese vil acto de terrorismo, patrocinado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), demostró que el gobierno de los Estados Unidos y la mafia anticubana estaban dispuestos a todo para dañar la Revolución.

El Crimen de Barbados no deja de doler, jamás lo hará. El fatídico acontecimiento forma un recuerdo gris en las mentes de los familiares de las víctimas y un pedazo de corazón descompuesto para los que no los conocimos pero sentimos en rojo, blanco y azul, los colores de nuestra bandera.

El equipo cubano de esgrima, formado por 24 integrantes, la mayoría en edad juvenil, regresaba a la Patria después de la proeza. Los bisoños reyes de la espada, el sable y el florete consiguieron todas las medallas de oro puestas en disputa en el Campeonato Centroamericano y del Caribe, el futuro estaba garantizado.

No obstante, la tragedia tenía otros planes. El desplome del vuelo CU-455 de Cubana de Aviación quebró en pedazos la existencia de 73 personas inocentes, destruyó familias, evitó el reencuentro entre madres e hijos, nietos y abuelos, entre hermanos, entre una nación y sus hijos pródigos.

Cuba siempre ha mostrado su rechazo incondicional al terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones. El sufrimiento de nuestro pueblo ante estos acontecimientos ha sido enorme, pero como expresó nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro: “Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla”.

Hoy, el mismo gobierno que patrocinó aquella barbarie, nos incluye en una espuria lista de supuestos países patrocinadores del terrorismo. Otra injusticia que ha sido denunciada por numerosas naciones del mundo.

El tiempo no ha podido borrar la triste página que representa el crimen de Barbados. Lo sentimos tan reciente como en aquel multitudinario sepelio de las víctimas. Todo el pueblo de esta Isla, cuya libertad ha estado bañada en valerosa sangre, os sigue contemplando orgulloso.